Madres, en vuestras manos tenéis la salvación del mundo votos 3
¿Dónde imaginan a Evita, pidiendo no volver al pasado o al lado de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo? votos 3
Las guerras son el espanto de las madres votos 0
Los brazos de las madres son cestos floridos votos 0
La victoria tiene muchas madres y la derrota es huérfana votos 0
Las madres perdonan siempre: han venido al mundo para eso. votos 0
Las madres de los soldados muertos son jueces de la guerra votos 0
Los hijos son las anclas que atan a la vida a las madres votos 0
Los hijos son las anclas que atan a la vida a las madres. votos 0
Todas las mujeres llegan a ser como sus madres; esa es su tragedia votos 0
Todas las madres y todas las patrias nos quieren pequeños para que seamos más suyos votos 0
Todas las madres vienen de la misma madre, por eso, madre es la verdadera palabra de un universo. votos 0
¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de las madres que la dan y los lloros del hijo que la recibe? votos 0
Existen mujeres casadas que tienen una angustiosa inquietud por realizar labores fuera de su ámbito familiar con detrimento de sus obligaciones de esposas y madres votos 0
La naturaleza ha preparado mejor a las mujeres para ser madres y esposas, que a los hombres para ser padres y maridos. Los hombres tienen que improvisar. votos 0
Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez votos 0
Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez. votos 0
Creo que siempre o casi siempre en la infancia la madre representa a la locura. Nuestras madres siempre permanecen como las personas más locas y extrañas que jamás hemos conocido votos 0
Viene cada año y vendrá para siempre. Y con la Navidad vienen los recuerdos y las costumbres. Esos recuerdos cotidianos humildes a los que todas las madres nos agarramos. Como la Virgen María, en los rincones secretos de su corazón