Donde hay paz y meditación no tienen cabida la ansiedad y la duda. votos 1
Ningún asunto humano merece mucha ansiedad. votos 0
El papel natural del hombre del siglo XX es la ansiedad. votos 0
Amar es sufrir amablemente; es gozar de una ansiedad perenne, de un sobresalto siempre renovado. votos 0
Un caballero es tolerante y libre, un hombre común está lleno de ansiedad y temor votos 0
Hay momentos en que toda la ansiedad y el esfuerzo acumulados se sosiegan en la infinita indolencia y reposo de la naturaleza votos 0
Tres cosas distinguen al hombre superior: siendo virtuoso, está libre de ansiedad; siendo sabio, está libre de perplejidad; siendo valiente, está libre de temor. votos 0
La ansiedad es un arroyito de temor que corre por la mente. Si se le alimenta puede convertirse en un torrente que arrastrará todos nuestros pensamientos. votos 0
Si sabes que nada puedes hacer contra tu destino, ¿por qué te produce ansiedad la incertidumbre del mañana? Si no eres tonto, goza del momento presente votos 0
Estas tres señales distinguen al hombre superior: la virtud, que lo libra de la ansiedad; la sabiduría, que lo libra de la duda; y el valor, que lo libra del miedo votos 0
¡Ninguna cosa humana merece gran ansiedad! votos -1
Abandónate al destino y adáptate a las circunstancias, pues lo que está escrito no se borra porque tú quieras. Si sabes que nada puedes hacer contra tu destino, ¿Por qué te produce ansiedad la incertidumbre del mañana? Si no eres tonto, goza del momento presente. votos -1
Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen
Por mucho que nos comprometamos a ser de una manera, a la hora de la verdad, nuestra parte más visceral nos lleva a actuar de forma contraria. Esa parte más visceral surge en estados de ansiedad, temor o enfado.